La ciencia avanza velozmente. No paramos de escuchar nuevos términos que al poco tiempo se establecen en nuestro vocabulario, pero que requieren de un tiempo para ser asimilados y absorbidos por el amplio grupo de la sociedad. Lo mismo sucede con el conocido como Flujo Digital en el dentista.
No es el único, ya que términos más complejos como Ofimática, GPS o palabras como “usabilidad”, SEO o SEM requieren de ciertos conocimientos previos y contexto para poder darles el significado correspondiente. En este caso podemos hablar de un término realmente rico y con una profundidad que incluye infinidad de aplicaciones relacionadas con el cuidado de los dientes. Aún así, te recomendamos siempre consultar con un profesional para conocer mejor estos tratamientos.
El flujo digital en el dentista
Cuando hablamos en términos odontológicos, el flujo digital se refiere a la creación de una guía y sistema de trabajo para hacer del trabajo clínico algo más regulado y mediado a través de tecnologías digitales.
Antaño, los modelos y soluciones odontológicas se basaban en modelos físico en los que no cabía opción ni modificación más allá de la pericia del profesional. La incursión del flujo digital se fue abriendo paso ya con el uso del CBCT. Esta tecnología, conocida como Tomografía Computerizada de Haz Cónico reduce la cantidad de radiación inducida respecto al TAC dando al igual resultados muy eficaces.
Actualmente, cuando se habla de Flujo Digital en el dentista nos referimos al completo proceso que supone la creación de la solución para el paciente. Podemos decir que los pasos del flujo digital incluyen en primer punto la digitalización seguido del diseño y producción de la pieza a través de tecnologías digitales. Una tecnología que sigue desarrollándose con estupendos resultados. Esto consigue mejorar los resultados de cualquier intervención y facilita el diagnóstico de cualquier paciente de forma más certera que nunca.
Digitalización para una buena intervención
La primera fase de este método consiste en la digitalización y recreación del modelo completo del paciente. Para ello existen numerosos métodos basados en escáneres que realizan su función sobre las mismas piezas o sobre moldes de escayola de las mismas.
Las ventajas de este método son sorprendentes. Precisión, rapidez y una facilidad enorme para el proceso de fabricación e implantación. Todo ello gracias al efecto del modelo digital obtenido, generalmente a través del sistema CBCT. Este método consigue una gran precisión, muy poco tiempo de aplicación y una cantidad de rayos X aplicados muy baja, lo que evita al paciente sufrir en exceso la radiación.
Otros métodos como los escáneres extra e intraorales ofrecen resultados diversos con muy buenos resultados, pero también con mayor demora de tiempo o precisión en algunos casos. Sea como sea, en todos los casos el objetivo es conseguir una mayor eficacia de trabajo a través del modelo digital.
Diseño durante el flujo digital
Dentro del flujo digital en la odontología, la fase del diseño resulta fundamental. Esta fase se conoce como CAD, o “diseño asistido por ordenador”.
En esta fase se diseña la pieza o solución que el paciente requiera gracias a programas de diseño digital. Estos diseños dependen de la calidad y precisión del modelo digital previamente obtenido por lo que será importante que su precisión haya sido la adecuada si no queremos encontrar problemas en el futuro o en el proceso de fabricación consecuente.
La etapa de diseño es esencial ya que permite crear las coronas al estilo y diseño personalizado para cada cliente. Este nivel de personalización mejora ampliamente la comodidad y eficaz del trabajo realizado. El diseño digital nos permite planeas con máximo conocimiento escogiendo los materiales más adecuados para cada caso, los grosores y forma de las capas que nos permite obtener un resultado altamente estudiado, lo que repercute en la duración y calidad del implante.
Producción final o CAM
El último proceso correspondiente al flujo digital es el de la creación de la pieza. Si el trabajo previo de digitalización y diseño se ha realizado de la manera correcta, el resultado de la pieza fabricada debe ser óptimo. CAM son las siglas en inglés de lo que sería “manufactura asistida por ordenador”, por lo que comprendemos su papel principal: emplear las últimas tecnologías disponibles para dar forma a los modelos digitales con la mayor precisión posible.
Dentro de las diversas formas de creación de la pieza se puede distinguir entre los métodos sustractivos y los aditivos. Estos se diferencian en la forma en la que la pieza se va creando según se le añade o resta material, por lo que el programa y el sistema escogido requerirá una selección de muelas y herramientas de fabricación minuciosa.
Las ventajas del flujo digital en el dentista
Las tecnologías siempre nos sitúan en situaciones nuevas. Amarlas u odiarlas es cuestión de saber aceptar y sacarle partido al método. Saber identificar sus ventajas y sacudirse la pereza de reaprender un método que parecía más que establecido, pero que tenía deficiencias.
En el caso del flujo digital, no nos queda duda alguna. Es una tecnología que mejora y supera ampliamente la idea de la odontología tradicional en todas sus facetas. Mayor aprovechamiento del tiempo, facilidad, precisión y acabados. Y por si fuese poco, la instalación de las soluciones o piezas resulta más sencilla gracias al preciso trabajo previo evitando contratiempos y dificultades. Sin duda, el flujo digital es una de los mejores métodos para pacientes y profesionales.