¿Conoces la regla de las tres R? Seguro que has oído hablar de ellas más de una vez: reduce, reusa y recicla. Esto es lo que se conoce como la economía circular y está relacionada directamente con el concepto de sostenibilidad. El principal objetivo de la economía circular es que el valor de los productos, los materiales usados y los recursos naturales, como el agua o la energía, se mantengan utilizables durante el mayor tiempo posible, para así reducir al máximo la cantidad de residuos.

Cada vez son más las empresas y organismos que promueven este tipo de actividades sostenibles. Consideran que la sostenibilidad es un objetivo necesario y una decisión acertada para el futuro. La Unión Europea está comprometida con esta iniciativa y estableció ciertas medidas para ayudar a todas las empresas y consumidores que pertenecen al territorio europeo a la práctica de una economía más circular donde se utilicen recursos de manera sostenible.

La UE establece nuevos objetivos para una economía circular

La Comisión Europea exige a todos los estados europeos que verifiquen los envases comercializados para que cumplan con unas exigencias básicas: limitar el peso de los envases al mínimo, para así garantizar la seguridad; reducir al mínimo el contenido de sustancias peligrosas del material del envase y sus productos; o hacer un diseño de envases reutilizables, entre muchas otras.

Sin embargo, recientemente, este organismo ha considerado que estos objetivos, establecidos en la Directiva 94/62/CE del Parlamento Europeo y del Consejo en materia de valorización y reciclado de los envases y residuos de envases, son insuficientes y se deben modificar con el fin de que reflejen mejor la ambición de la Unión de avanzar hacia una economía circular.

La nueva Directiva 2018/852/UE del Parlamento Europeo y del Consejo de 30 de mayo de 2018 fija objetivos a largo plazo para la gestión de residuos en la Unión y ofrece a los operadores económicos y a los Estados miembros una orientación clara de cara a las inversiones necesarias para alcanzar esos objetivos, que tienen previsto que entren en vigor antes de julio de 2020.

Directiva 2018/852 relativa a los envases y sus residuos

La Directiva 2018/852 modifica la Directiva 94/62/CE relativa a los envases y sus residuos mediante un mayor compromiso con el reciclado de residuos de envases. Esta es la encargada de implementar medidas para prevenir o reducir todo impacto de los envases y sus residuos en el medio ambiente y así garantizar la utilización de un embalaje más sostenible en un futuro.

Esta nueva Directiva refuerza los objetivos establecidos anteriormente para el reciclado. La Comisión Europea considera que estas nuevas medidas proporcionarán evidentes beneficios medioambientales, económicos y sociales. Entre algunas de las medidas más significativas se encuentran:

– A partir de 2025, se reciclará un mínimo del 65 % en peso de todos los residuos de envases; y en 2030 se reciclará un mínimo del 70 % en peso.
-Las bolsas de plástico no volverán a ser gratis desde marzo de 2018
-A partir de 2020 estará prohibida la comercialización, importación y exportación en España de utensilios de plástico de un solo uso
-A partir de 2030, todos los envases comercializados en el territorio europeo serán reutilizados o fácilmente reciclables.

Además, esta normativa regula ciertos aspectos del embalaje ecológico como la limitación del peso y el volumen de los envases, la reducción de contenido de sustancias peligrosas y el diseño de envases reutilizables.

Empresas comprometidas con la economía circular

Cada vez son más las empresas que optan por procesos y embalajes respetuosos con el medio ambiente. De esta manera, están beneficiando a su propia empresa, a los consumidores que compran el producto y, por supuesto, al medio ambiente.

Green Box es una empresa encargada de la fabricación de embalaje sostenible para el sector agroalimentario y comprometida con el modelo de economía circular para reducir el fuerte impacto medioambiental con el aumento de residuos.

Sus productos cumplen con la regla de las tres R: reducen la pérdida de producto durante el transporte; la calidad de los materiales usados les permite reutilizarlos una y otra vez; y reciclan, porque los materiales que utilizan son reciclados, reciclables o provienen de fuentes sostenibles certificadas.

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